Cómo recurrir una sanción disciplinaria en el trabajo

Cómo recurrir una sanción disciplinaria en el trabajo
Cómo recurrir una sanción disciplinaria en el trabajo
Publicado el: por Vicente García Elías

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El Estatuto de los Trabajadores y los diversos convenios colectivos que rigen cada sector profesional prevén la imposición de sanciones disciplinarias por parte de las empresas a los trabajadores que cometan cierto tipo de faltas en el desempeño de sus funciones. Ahora bien, no todas ellas son legítimas, ya que en ocasiones pueden tacharse de abusivas, desproporcionadas o no ajustadas a la normativa. Por ello, aquí queremos explicarte cómo recurrir una falta grave en el trabajo.

Pero ¿qué es una sanción disciplinaria?

Una sanción disciplinaria es una o varias medidas que la empresa impone al trabajador cuando estima que ha incurrido en una infracción. Hablamos, por ejemplo, de un trabajador que llega tarde a la oficina de forma recurrente o que es pillado in fraganti utilizando material de empresa para fines personales.

Estas sanciones disciplinarias deben estar previstas en el Estatuto de los Trabajadores o en el convenio colectivo aplicable. Evidentemente, no todas ellas tienen la misma gravedad ni conllevan las mismas consecuencias. Por esta razón, se dividen en tres categorías:

  • Leves: aquí se englobarían las amonestaciones verbales o escritas y las advertencias. Una especie de apercibimiento laboral que, en la mayoría de los casos, no tiene efecto sobre el salario o la jornada del trabajador. Eso sí, su acumulación puede dar lugar a suspensiones de empleo y sueldo de corta duración.
  • Graves: aquí ya hablamos de sanciones que pueden dar como resultado la reducción de beneficios laborales, la pérdida de incentivos o bonificaciones y suspensiones de empleo y sueldo prolongadas. Podrían establecerse, por ejemplo, si un trabajador se ausenta de su puesto de trabajo sin causa justificada.
  • Muy graves: son aquellas que pueden dar como resultado el despido disciplinario del trabajador. Por ejemplo, las faltas de respeto a los compañeros, especialmente si incluyen trato discriminatorio, o el robo de efectivo o útiles de la empresa.

Dicho esto, un apunte: hay que diferenciar entre sanción disciplinaria y despido disciplinario. Si bien es cierto que el despido disciplinario debe originarse como consecuencia de faltas muy graves, extingue la relación laboral. Sin embargo, la finalidad de las sanciones es imponer medidas correctivas que no afecten a la continuidad del contrato.

¿Puede una sanción laboral ser injusta?

Por supuesto que sí. Para ello, es necesario que reúna uno o varios de los siguientes requisitos:

  • Desproporcionalidad: es decir, que las medidas sean excesivas teniendo en cuenta la gravedad de la infracción. Por ejemplo, sería desproporcionado que a un trabajador le impusiesen tres días sin empleo y sueldo por llegar un día tarde 10 minutos.
  • Falta de pruebas: la empresa está obligada a demostrar que el trabajador ha cometido la falta si quiere imponerle una sanción.
  • Vulneración de derechos fundamentales: un trabajador no puede ser sancionado por hacer huelga o por ejercer sus derechos sindicales, por ejemplo.

Además, la empresa puede no seguir el procedimiento adecuado a la hora de imponer la sanción o iniciarlo cuando ya ha prescrito. En ambos casos, no podrá hacerla efectiva. Y, si lo hace, el trabajador podrá recurrirla.

¿Cómo defenderse de una sanción laboral?

La empresa está obligada a comunicarte la sanción por escrito, lo que no quiere decir que no puedan apercibirte verbalmente. Eso sí, en caso de solo usar la palabra, no podrá imponer medidas efectivas sobre tu persona.

En el documento que te entreguen deben aparecer los hechos que se te imputan, la fecha en la que ocurrió la supuesta falta y la normativa en la que se fundamenta la sanción. Evidentemente, también ha de reflejar qué medidas adopta. Si no incluye cualquiera de estos datos, la sanción podrá ser anulada por defectos de forma.

Nuestro consejo es que, una vez que recibas la carta, consultes el Estatuto de los Trabajadores o el convenio laboral vigente en tu empresa para asegurarte de que la sanción impuesta es acorde a la falta de la que se te acusa. En caso de que decidas firmarla, añade un “no conforme” si no estás de acuerdo. Después, has de seguir una serie de pasos, los cuales vemos a continuación.

¿Cómo responder a una amonestación laboral por escrito?

La presentación de alegaciones Una vez que recibas la notificación de la sanción, es aconsejable que presentes las alegaciones que estimes oportunas. En el documento has de reflejar claramente por qué consideras que la sanción es injusta. Tampoco está de más que intentes resolver el conflicto de mutuo acuerdo y sin necesidad de dar los siguientes pasos.

Impugnar una sanción disciplinaria ante el SMAC

En caso de que hayas presentado las alegaciones y no hayas obtenido la respuesta que esperabas, el siguiente paso consiste en presentar la papeleta de conciliación ante el Servicio de Mediación, Arbitraje y Conciliación (SMAC) más cercano a tu lugar de residencia.

Al igual que sucede con la presentación de alegaciones, el objetivo de la papeleta de conciliación es que ambas partes lleguéis a un acuerdo sin necesidad de acudir a los tribunales. Aunque no estás obligado a acudir con un abogado especializado en Derecho Laboral, lo cierto es que sí es muy recomendable que lo hagas. La empresa seguro que utiliza este recurso en el acto.

Presentar la demanda

El siguiente paso en el proceso de recurrir una sanción de la empresa es presentar una demanda ante el Juzgado de lo Social. Para ello, es muy importante que recuerdes que dispones de 20 días hábiles a contar desde la fecha en la que se te notificó la sanción. Esta acción implicará que sea un juez el que estudie la sanción y determine si es válida o debe ser anulada.

¿Qué pasa después?

Llegados a este punto, el juez optará en su sentencia por una de estas tres opciones:

  • Anular la sanción: para ello, es necesario que determine que es injusta por cualquiera de las razones expuestas anteriormente. Es decir, la dejará sin efectos. Por ejemplo, si conllevó una suspensión de empleo y sueldo, la empresa tendrá que reembolsar los salarios que no percibió el trabajador, aunque esos días no acudiese a su puesto de trabajo.
  • Modificación de la sanción: si los hechos existieron y la empresa cumplió con los trámites legales, pero se excedió en las medidas adoptadas, el juez podrá corregirlas, reducir su gravedad y compensar al trabajador.
  • Ratificación de la sanción: el juez dará la razón a la empresa y la sanción se aplicará de la forma en la que fue impuesta.

En cualquiera de los tres casos, especialmente si el juez no da la razón a la empresa, es posible que esta siga sancionando de forma injustificada al trabajador como represalia a su acción. Algo que se considera una conducta abusiva por parte del empleador.

En este supuesto, el trabajador tiene la posibilidad de denunciar a la empresa ante la Inspección de Trabajo y Seguridad Social. También puede solicitar amparo a los tribunales si considera que se han vulnerado sus derechos fundamentales e, incluso, denunciarla por acoso laboral, si procede.

Sin duda, recibir una sanción laboral no es plato de buen gusto para ningún trabajador. Por suerte, si consideras que es injusta, tienes muchas posibilidades de revertirla. Especialmente, si cuentas con los servicios de un abogado especialista que se ocupe de defender tus derechos y te asesore en lo que necesites.

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